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SEGÚN SE CUENTA . . .

EL JUEGO DE AJEDREZ

El ajedrez es un juego antiquísimo. Lleva muchos siglos de existencia, y por eso no es de extrañar que existan muchas leyendas. Ciertas o no despiertan curiosidad e ingenio.
El tablero donde se juega está dividido en 64 casillas negras y blancas, dispuestas alternativamente.

Un profesor de Matemática y Ciencias de la India, llamado Sessa, presentó su invención al Rey de su país.
Éste quedó deslumbrado por el ingenio de Sessa y le ofreció concederle cualquier cosa que Sessa pidiera.
El sabio matemático pidió un día de plazo para hacer su solicitud.
Al día siguiente, volvió ante el Rey y solemnemente hizo su pedido:

“Quiero un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos granos por la segunda casilla, cuatro por la tercera, ocho por la cuarta y así sucesivamente, hasta la última casilla del tablero”.
El Rey guardó silencio por un rato, más bien decepcionado por la petición de Sessa.
Habiéndole ofrecido tanto, ¿por qué pedía tan poco?
Accedió, sin embargo, y envió un mensaje a los calculistas de la corte para que determinaran el número de granos de trigo que había que entregarle a Sessa.
El Rey les ordenó que apresurasen los cálculos y fue así como al día siguiente se presentó ante él uno de los más distinguidos calculistas para decirle:
Majestad: Sessa no podría recibir nunca su recompensa.
La cantidad de trigo que él pidió es tan grande, que ni reuniendo el trigo que existe en todos los almacenes del mundo podría igualarse esa cantidad.
Tendríamos que secar todos los ríos, lagos y mares de la Tierra y derretir las nieves de los polos, cubrir toda la superficie terrestre con siembras de trigo y luego entregarle cada grano de trigo recogido”.
El Rey se maravilló de nuevo con la inteligencia de Sessa y le regaló una cantidad tan grande de monedas de oro, que le permitió tener una vida tranquila y continuar inventando juegos como el ajedrez.

Pero...¿Por qué tardaron tanto los calculistas?

Porque el cálculo resultó larrrgggoooooo:

Dieciocho trillones cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billonessetenta y tres mil setecientos nueve millones quinientos cincuenta y un mil seiscientosquince!!!!!!!!!!




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Un poco de humor....


Cuchara, taza o balde???

Durante una visita a un Instituto Psiquiátrico, le pregunté al Director, qué criterio se usaba para definir si un paciente debería o no ser Internado.
'Bueno,' dijo el Director, 'hacemos la prueba siguiente: Llenamos una bañera, luego al paciente le ofrecemos una cuchara, una taza y un balde y le pedimos que vacíe la bañera.
En función de como vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no y con qué tratamiento empezar'

-Ah, entiendo- dije. - una persona normal usaría el balde porque es más grande que la cuchara y la taza.- No - dijo el Director - una persona normal sacaría el tapón.... Usted que prefiere: ¿una habitación con o sin vista al jardín? ...


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HIPASO DE METAPONTO

Metaponto es una parte del municipio italiano de Bernalda en la provincia de Matera. Antiguamente perteneció a la Magna Grecia (nombre dado en la antigüedad al territorio ocupado por los colonos griegos al sur de la península italiana y Sicilia).
Alguna vez, seguramente, oíste hablar del famoso Teorema de Pitágoras (aunque quizás no sepas muy bien de qué se trata)
Hay quienes afirman que Pitágoras nunca existió; de lo que se tiene noticia es de la existencia de un grupo de personas llamado “pitagóricos”  que habitó en el sur de Italia hace más de veinticinco siglos.   
Aquel grupo de “pitagóricos” formaba una sociedad secreta que se regía por normas muy estrictas y algo extrañas. 


Hipaso nació en Metaponto 500 años antes de Cristo y, según se cuenta, fue discípulo de Pitágoras y quien demostró la existencia de los números irracionales, cuando los pitagóricos solamente conocían los números racionales con los cuales describían cualquier situación o tema de geometría.
Al parecer Hipaso hizo caso omiso a las advertencias de los demás pitagóricos y dijo lo que no convenía a quienes no debía. El resultado fue la expulsión de la comunidad y su posterior muerte…..dicen que murió ahogado, que se suicidó, que Pitágoras lo mató….nadie sabe a ciencia cierta cómo fue que acabó Hipaso.   Lo que se asegura es que inmediatamente de desaparecido erigieron una tumba para mostrar que ya no pertenecía a la comunidad.

Veamos que fue lo que le valió su desgracia:

 Un joven alumno se atrevió a pensar de un modo que contradecía normas de la escuela y se metió en un verdadero lío.  Aquel tipo, llamado Hipaso de Metaponto, encontró, para su mal destino, los números irracionales:
Tomó un cuadrado de lado 1 y estudió su diagonal. Naturalmente, esa diagonal es la raíz cuadrada de 2, es decir, un número con infinitas cifras decimales no periódicas, (no es un número racional, no es el cociente de dos números enteros, que era lo conocido hasta el momento).  
Hipaso feliz con el hallazgo, hizo lo que a cualquiera se le hubiera ocurrido, se lo contó a sus compañeros.
Cuenta la leyenda que, los pitagóricos, al ver que ese descubrimiento tiraba por la borda su paraíso numérico, decidieron eliminar a Hipaso inmediatamente, metiéndolo en una canoa y abandonándolo, sin agua ni comida, en el mar Mediterráneo a su suerte.   
Creyeron así haber acabado con los “peligrosos” números irracionales…
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Por qué las cifras que usamos tienen las formas que conocemos??
 
Las cifras que  usamos (1,2,3,4, etc.) son llamadas “cifras arábigas”
Los árabes popularizaron estas cifras, pero su origen se remonta a la India.
Una curiosa propiedad, que te sugerimos observes atentamente:
(Cuenta los ángulos)
 
Si escribes cada cifra en su forma primitiva, verás que:
El número 1 tiene un ángulo.
El número 2 tiene dos ángulos.
El número 3 tiene tres ángulos.
... etc.
Y el "O" no tiene ángulos.
Y como una imagen vale más que mil palabras…